El miércoles

De un realiquense a otro

Estoy en mi casa con un papel y un bolígrafo en la mano porque sentí la necesidad de expresar en este breve párrafo algo que creo, según mi sentir, es justo y necesario.

En el día de ayer dejó este mundo un hombre de extrema valía, alguien que supo ganarse el respeto y el cariño de toda una comunidad. Alguien que recorrió su camino como lo hacen los hombres de bien, con gran sabiduría, sin estridencias, y como lo que era: un hombre pacífico, un valor que tanto escasea por estos tiempos. Ojalá logremos tomar esas grandes virtudes como aprendizaje.

Las lágrimas que empañan mis ojos no es porque no comprenda que alguien de su edad pueda partir, sino que realmente se lamenta su ausencia. Son personas que hacen mejor a este mundo.

Seguramente andarás ahora junto a tu entrañable hermano recorriendo en la camioneta y teniendo esas hermosas charlas.

Hasta siempre, Horacio. ¡Gracias por todo!

Pancho B.