El cuerpo de Pilar Hecker apareció a casi 60 kilómetros de donde desapareció

BAHÍA BLANCA | El hallazgo tuvo lugar en la zona de Baterías de la Armada Argentina, a unos 60 kilómetros de General Cerri y de la Ruta Nacional 3, el camino que la familia Hecker había tomado con la esperanza de resguardarse en la localidad de Mayor Buratovich. La Base de Infantería de Marina Baterías, ubicada en las afueras de Bahía, fue uno de los puntos clave del operativo de búsqueda.

Las autoridades intensifican ahora los rastrillajes para dar con el paradero de Delfina, la menor de apenas un año, quien aún permanece desaparecida.

El trágico recorrido que terminó en desastre
La madrugada del 7 de marzo quedará marcada como una de las más dolorosas en la historia reciente de Bahía Blanca. A raíz del temporal, General Cerri fue uno de los puntos más afectados por las lluvias y desbordes de arroyos. En medio del caos, Andrés Hecker y Marina Haag intentaron huir junto a sus hijas en un automóvil Volkswagen Gol Trend. Su destino era la casa de unos familiares, pero el agua los sorprendió en la ruta y les impidió avanzar.

En plena desesperación, la familia fue auxiliada por el pampeano Rubén Zalazar, un chofer de la empresa Andreani que se movilizaba en una camioneta. Las niñas y su madre fueron trasladadas al vehículo, pero la creciente volvió a golpear con fuerza y las arrastró sin control.

Marina logró salir y pedir ayuda. Esa fue la última vez que vio con vida a sus hijas. Días después, el cuerpo de Zalazar fue hallado sin vida a pocos metros de su camioneta, completamente cubierta por el agua. Según relataron testigos, la pequeña Delfina habría estado en brazos del chofer, mientras Pilar logró subir al techo del vehículo en un intento desesperado por resistir.

Dolor, silencio y una comunidad en vilo
Desde entonces, los padres sobrevivientes emprendieron una búsqueda incansable, acompañados por equipos de rescate, voluntarios y vecinos. La noticia del hallazgo de Pilar representa un golpe durísimo para la familia y toda la comunidad de Cerri, que sigue esperando noticias sobre Delfina.

“Al papá de las nenas lo vieron otros camioneros corriendo semidesnudo entre el agua, por la banquina, pidiendo ayuda y gritando: ‘¡Las nenas, las nenas!’”, relató a La Nación el camionero Silvio Madarieta, testigo del horror.

La Unidad Fiscal N°7 de Bahía Blanca, que interviene en la causa, indicó que las chances de hallar con vida a Delfina son escasas, dadas las dimensiones del terreno afectado por la catástrofe y la magnitud del caudal que arrastró a la familia.

Un mes después
El lugar donde ocurrió todo ya no está inundado. Las vías del tren y los caminos antes tapados por el agua hoy lucen secos, aunque las heridas de la tragedia siguen abiertas. Las marcas del temporal permanecen visibles, tanto en el paisaje como en la memoria de una ciudad que aún no encuentra consuelo.