Maggio en compañía de Gabriel Ramello y Walter Teppa recorrió a pie las pocas cuadras que separan la comuna de la vieja estación del Ferrocarril para conocerla, al tiempo que fueron observando toda la zona de los antiguos galpones, hoy utilizados para el guardado de maquinarias agrícolas, por lo cual se los mantiene en buen estado de conservación.

Posteriormente llegaron hasta la casa del fundador de la localidad, Francisco Aiassa, hoy reconvertida en un mágico museo, donde con solo trasponer su puerta de ingreso presupone un viaje en el tiempo, que nos transporta a las primeras décadas del novecientos, allí parece haberse detenido el tiempo, la estructura de tipo colonial rural atesora infinidad de elementos de época, una vieja radio a lámparas (que según cuentan aún funciona), pinturas de los fundadores, (no había fotógrafos en la época), vajilla, utensilios, hasta ropa de aquellos años, una caja fuerte con dinero, todo es un alucinante viaje hacia atrás en el tiempo. 

Todos esos detalles hacen del museo de Adolfo Van Praet un lugar digno de ser visitado, ahora que la pandemia parece estar retrocediendo, no sería mala idea ir pensando en organizar un recorrido por ese maravilloso lugar, las visitas son con turnos y deben ser solicitadas y coordinadas con anticipación.