Con las pruebas reunidas durante el juicio oral, el magistrado dio por probado que Dupont mantuvo un contacto por WhatsApp con la víctima y convinieron en encontrarse en una esquina para realizar una transacción económica. El acusado entregaría 500 dólares a cambio de 90.000 pesos.

Cuando ello ocurrió, Dupont –“sin mediar palabras”, indica el fallo– le exhibió el cuchillo al comprador y le arrojó “varios puntazos”. En ese momento se produjo un forcejeo y el agresor terminó lesionando a la víctima en la pierna derecha y huyendo con los 90.000 pesos.

Para fijar la pena, Boulenaz valoró como atenuante la falta de antecedentes del imputado; y como agravantes “el grado de autodeterminación para cometer el delito y que se trata de una persona incluida socialmente, que realiza tareas de herrería y mecánica por cuenta propia, con hijos y una pareja quien también tiene un trabajo estable”.

Además, tuvo en cuenta como pauta aumentativa de su reprochabilidad penal, “los efectos y consecuencias emergentes del delito, acerca de que impactaron negativamente en la víctima, ya que debió realizar una terapia psicológica (…), al sufrir estrés postraumático, lo que le generó problemas en su vida cotidiana y para vincularse”.

El juez señaló que el damnificado ofreció un “un relato pormenorizado, circunstanciado y debidamente detallado” de lo ocurrido, que a su vez encontró respaldo con otras pruebas incorporadas al legajo. “No se evidenció en el relato de la víctima ningún interés particular en perjudicar al imputado. Por el contrario, las evidencias recopiladas durante la investigación avalaron su testimonio y este, a la luz de las pruebas producidas, fue incriminatorio para el acusado”.

Finalmente, remarcó que hubo videos de las cámaras de seguridad de una vivienda ubicada en avenida Palacios y Tello –que fueron exhibidos en el debate–, donde el propio acusado se reconoció circulando por allí a pie y el agredido a su vez lo identificó como la persona que lo atacó con el cuchillo.