
Vecinos del edificio ubicado en Buenos Aires al 300, en el corazón de Nueva Córdoba, relataron años de miedo e incidentes protagonizados por Horacio Antonio Grasso, un expolicía que cumplía prisión domiciliaria hasta ser trasladado a Bouwer. El hallazgo de un cuerpo en su ropero conmociona a la ciudad. "Siempre se escuchaban gritos": el oscuro pasado del expolicía detenido tras hallarse un cadáver en su ropero.