La docente, M.R.M., se ausentó del país desde el 21 de junio al 5 de julio, cuando usufructuaba una licencia por corto tratamiento. Este caso es similar a registrados en los últimos años: docentes que sacan carpetas médicas y se van de vacaciones.

Ella justificó su decisión. “Declaro haber incurrido en el hecho que se me imputa producto de un desequilibrio emocional provocado por estrés que arrastro desde hace un tiempo, (por cual me encuentro en tratamiento). Salí de viaje al vecino país ante el aviso de que un familiar se encontraba en gravísimo estado de salud sin pensar en las circunstancias en que me encontraba. Como tampoco pude prever que el paso por tierra por Cristo Redentor en la fecha mencionada en el expediente podía estar cortado tantos días para poder regresar”, argumentó en el sumario.

El Ministerio de Educación, al ser consultado, confirmó que la profesora “no solicitó autorización de acuerdo a lo establecido en Artículo 132 de la Ley 643”, que regula la actividad.

La FIA no creyó en el descargo y por eso recomendó a Educación que la sancione con 30 días de suspensión. “Del informe brindado oportunamente por el Jefe del Departamento de Migraciones se pudo corroborar que la agente en cuestión viajó al exterior mientras se encontraba en uso de la referida licencia”, dijo la fiscalía. “Debe resaltarse que la agente no acompañó elementos de prueba fehacientes, que confirmen sus dichos”.

“La misma -agregó la FIA- contaba con la posibilidad de solicitar autorización al Servicio Médico Oficial para viajar al país vecino en caso de presentarse la necesidad de asistir a un familiar que se encontrara en grave estado de salud. En el caso concreto no lo hizo. Por último, en su descargo defensivo, finaliza alegando que el paso Cristo Redentor se encontró cortado por varios días, impidiéndole el regreso a su lugar de residencia. Como ya se dijera en párrafos anteriores, no obsta lo mencionado a la falta disciplinaria imputada, toda vez que no opera como causal de justificación”.