El protagonista de esta historia, Agustín Andrés, pensó que tendría mejor suerte en la entrevista, dado que es conocido del propietario del comercio. Sin embargo, esto no lo ayudó a quedarse con el trabajo.

Al enterarse que el comercio buscaba una persona que se hiciera cargo del manejo de las redes sociales, fue a llevar su currículum y a conversar con el comerciante. Sin embargo, la charla derivó en el modelo de teléfono celular que tenía. El joven le dijo la marca y modelo del teléfono que tenía, de gama media.

Para su sorpresa, el comerciante le indicó que esto era excluyente para acceder al trabajo que se ofrecía, y que "se manejaban" con gente que tuviera "de un Iphone 11 para arriba", para la edición y publicación de las fotos. Al principio, creyó que se trataba de una broma, aunque luego se dio cuenta que no era así, y que lo dejaba excluido de la posibilidad de acceder a ese trabajo que busca desde hace largo tiempo y que tanto necesita.

Indignado y embroncado con la actitud del comerciante, hizo pública la situación en las redes sociales aunque no quiso identificar al comercio que lo discriminó. Tras esta amarga experiencia, que se hizo viral, dijo que seguirá en busca de un trabajo, que seguirá repartiendo currículums todos los días, con la esperanza de encontrarse con un empleador que valore sus conocimientos y sus ganas de trabajar, y que no lo discrimine por no tener en sus manos, un teléfono de última tecnología. (La Arena)