Por: InfoTec 4.028 de julio de 2025

Grabois, entre el odio y la violencia verbal: llamó a “luchar, atacar y purgar sin piedad”

El dirigente social Juan Grabois reapareció en la Universidad Nacional de Córdoba con un discurso cargado de insultos, amenazas y propuestas extremas. Durante la presentación de su libro Argentina Humana, en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas, volvió a mostrar su costado más violento al afirmar que el presidente Javier Milei “se va en helicóptero”, además de convocar a “luchar, atacar y purgar sin piedad” al gobierno y a sus propios opositores internos.

CÓRDOBA | Grabois, en tono exaltado, dijo sin rodeos: “Nuestra estrategia es enfrentar a este gobierno de hijos de puta, sin llorar: atacar, atacar, atacar. Luchar, luchar, luchar”. La frase, aplaudida por sus militantes, deja entrever el desprecio por el camino democrático y constitucional que debe regir la vida institucional del país.

No fue la única declaración alarmante del dirigente. Haciendo alusión a los sectores rurales, con quienes mantiene una antigua confrontación, anticipó: “Volveremos” al campo Casa Nueva, defendiendo la usurpación protagonizada años atrás bajo el llamado “Proyecto Artigas”. “No fue usurpación”, afirmó, y añadió que fueron “pactos de poder entre los garcas del PRO y los garcas nuestros” los que desactivaron esa toma. “Hay que purgar sin piedad a los traidores”, sentenció, sembrando un peligroso mensaje de intolerancia y persecución interna.

En otro tramo de su exposición, Grabois cargó contra las provincias, en especial Córdoba, por apoyar políticas nacionales que no comparte. Rechazó el “provincialismo” y lamentó que los gobiernos locales “voten con Milei”, como si las provincias no tuvieran derecho a elegir sus caminos políticos.

Además, pidió aumentar impuestos a los sectores productivos: “Hacerles pagar los impuestos a los ricos no es un robo, es una obligación que tenemos. Y si no pagan los impuestos, los vamos a tratar como tratan a las personas que están en situación de calle”, comparó.

Estas afirmaciones, lejos de un debate racional o un aporte al diálogo democrático, evidencian una radicalización preocupante del discurso político. Grabois no sólo minimiza los valores institucionales, sino que apuesta por una retórica incendiaria que recuerda a los momentos más oscuros de la historia argentina.

El ataque directo a la figura presidencial, las expresiones despectivas hacia los productores, el respaldo explícito a la toma de tierras, y el llamado a “purgas sin piedad”, son incompatibles con la convivencia democrática. Una vez más, Grabois elige el camino del agravio y la confrontación, dejando en evidencia que su “Argentina Humana” parece estar construida sobre el odio, la revancha y la imposición por la fuerza.