Caso Miranda: dudas sobre el accidente e indicios de diferencias entre los socios
En la segunda jornada del juicio por jurado popular por la muerte de Osvaldo Miranda, los testigos se refirieron a las discusiones entre la víctima y el acusado, y sobre los riesgos del uso del lazo para el trabajo con hacienda
En la segunda jornada del juicio por jurado popular que intenta determinar cómo sucedió la muerte de Osvaldo Miranda en 2012 en Ranqueles, los interrogantes se acumularon en el recinto del Palacio de Justicia y aún quedan muchas incertidumbres sobre la veracidad del accidente con un toro como aduce el imputado Javier Gallo. Tras una larga sesión con testimonios este martes, hoy se realizarán los alegatos de las partes y se conocerá el veredicto.
Las declaraciones más fuertes ante los jueces que integran la Cámara Primera del Crimen, Natacha García, Daniel Vaudagna y Virginia Emma, fueron de uno de los hijos de la víctima, Gonzalo Miranda, quien no sólo hizo referencia a lo desgastado que estaba el vínculo entre su padre y el acusado previo al incidente, sino que fue quien estuvo presente en todos los trámites posteriores a la muerte. “Nunca noté algo malo para nosotros, siempre tuve buena relación con Gallo”, aseguró el joven ante el tribunal y el jurado popular.
Sin embargo, en 2011 la relación comenzó a deteriorarse a partir de un faltante en 28 animales de la hacienda que Miranda tenía en el campo de Gallo. “Serían al día de hoy más 1.600.000 pesos, aproximadamente”, dijo el testigo, quien completó: “Él le dijo a mi padre que había vendido la hacienda para uso personal, pero que se lo devolvería, algo dudoso porque ya le había pedido dinero prestado en otras oportunidades”.
Los animales en cuestión son parte del capital que la familia de Miranda tenía por una herencia recibida tiempo atrás, y por lo que surgió de los testimonios, Gallo había solicitado disolver la sociedad con el objetivo de dedicar el campo a la siembra. Entre los testigos, declaró Raquel Toselli, veterinaria que fue enviada al campo el día posterior al hecho y quien aseguró ver que el campo ya estaba sembrado y los animales en muy mal estado, desnutridos y sin agua.
Cuando el hijo de Miranda fue anoticiado del accidente por la Policía, se dirigió a la comisaría, donde le mostraron la soga con la que se habría ahorcado mientras intentaba enlazar al toro. Entre los interrogantes que surgieron, el testigo indicó que el equipo que su padre usaba para trabajar no había sido tocado, estaba todo en la camioneta. Era un lazo de tientos de cuero, resistente como para atrapar a animales de gran porte, distinto de los materiales que le mostraron luego del hecho. “También estaban los materiales que usaba para marcar a los animales, pero sin ningún faltante, en la camioneta”, aseguró Gonzalo Miranda.
El motivo por el que la víctima asistió al campo de Gallo aquel día también generó interrogantes. Según la información que surge de la investigación, se iba a preparar la hacienda para trasladarla a un remate, donde sería vendida. Es por esto que el día previo al envío iba a ser marcada y luego debía ser vacunada. Sin embargo, el accidente se habría dado con el supuesto intento de Miranda por capar un toro. “Era imposible que mi padre metiera un toro del tamaño que dicen en un corral con terneros y para trabajar cara a cara, menos en condiciones tan precarias”, dijo el hijo de Miranda, que incluso aseguró hablar con el hijo de Gallo, quien normalmente participaba de estos procedimientos para la capa, y estaba sorprendido de no haber sido citado por su padre en esa oportunidad.
“Él le dijo a mi padre que había vendido la hacienda para uso personal, pero que se lo
devolvería, algo dudoso porque ya le había pedido dinero prestado antes”.
“Ese día no se podía capar, porque más allá de que no es apto hacerlo en esa fecha (cuando ocurrieron los hechos), si el día posterior se los iba a trasladar para los remates no era saludable ni higiénico para los animales; normalmente a ese procedimiento lo hacen directamente en el establecimiento donde los adquieren”, completó sobre el tema el testigo, y agregó ante preguntas del fiscal de Cámara Julio Rivero: “Además, si es cierto que caparon ese día, y había 6 testículos, mi padre debería haber tenido marcas en las manos por haber manejado el lazo”.
Nicolás Rins y Cristian Galvez son los abogados defensores de Gallo y Osvaldo Narcisi se encuentra como querellante en representación de la familia de Miranda. Junto a Rivero interrogaron a los testigos en la larga jornada de ayer. Además de Gonzalo Miranda declaró su hermano Osvaldo, el hijo mayor de la víctima, quien también destacó el buen vínculo que tenían ambas familias hasta el día de la muerte de su padre, destacando que incluso les llamó la atención la ausencia de ellos en el velorio del hombre de Realicó.
Jorge Bartolotti era el responsable de realizar todas las vacunaciones de los animales de Miranda, y habría presenciado una fuerte discusión del fallecido con Gallo en una de las oportunidades que atendió la hacienda. La jornada llevó a un careo entre este testigo y Gonzalo Miranda, respecto de ese cruce entre los socios. Si bien el veterinario no recordaba detalles de esa pelea, Miranda aseguraba que el mismo Bartolotti le había indicado que se debía al faltante que había entre los animales de la víctima.
El lazo
El lazo fue protagonista especial en la jornada de ayer del juicio en la Cámara Primera, pues ambas partes intentaron demostrar si era posible o no que se produjera un accidente como el que se presupone dio muerte a Miranda. Incluso fue citado a declarar Clemente Vila, un hombre con 40 años de experiencia en el trabajo de campo y especialista en el uso del lazo. Consideró que resulta casi imposible que alguien se ahorque enlazando y destacó que en todos sus años de trabajo el único accidente que había presenciado en una actividad de ese tipo no había estado vinculado a que alguien se viera enredado en el lazo, que a lo sumo podía enganchar un pie y arrastrar al hombre unos metros, pero no más que eso.
La situación más extraña del juicio se dio cuando el hijo de Miranda, quien había aprendido a enlazar viendo a su padre, dio al jurado y el tribunal una suerte de clase sobre cómo manejar el lazo, explicando cómo se debía agarrarlo, lanzarlo y cómo tomar precauciones para no tener accidentes. Una docencia teórica y práctica para la que tuvieron que hacer espacio en el medio del SUM del Palacio de Justicia.
Cuando el fiscal de Huinca Renancó, Marcelo Saragusti, pidió la elevación a juicio de la causa, lo hizo porque consideró que Gallo habría matado al socio y luego simuló el accidente con un toro. La defensa, en cambio, asegura que no hay pruebas como para determinar que fue un homicidio. Hoy se realizarán los alegatos y luego el jurado popular, junto a los vocales, deberán determinar si condenan a Gallo por la muerte de Miranda o lo absuelven.
Fuente y fotos: Diario Puntal
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