
Colapsó X: la ex Twitter sufre una caída global y deja a miles de usuarios sin servicio
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Mientras millones de personas se entretienen transformando sus fotos en escenas dignas de El Viaje de Chihiro o El Castillo Ambulante, detrás de esa diversión aparentemente inocente se oculta un fenómeno mucho más profundo y disruptivo.
Tecnología06 de abril de 2025TECNOLOGÍA | Lo que parece un juego visual —una escapatoria hacia mundos de fantasía— es apenas la superficie de un cambio tecnológico que ya está redefiniendo la creatividad, la ética y hasta el rumbo de nuestra sociedad. Las imágenes estilo Ghibli que inundan las redes no son casualidad: funcionan como un espejismo encantador que desvía la atención del verdadero poder —y peligro— de una inteligencia artificial que avanza sin control, señala el periodista Marcelo Peláez.
Magia algorítmica: ¿cómo funciona realmente la IA?
Cada imagen generada con estilo Ghibli no surge de un proceso creativo humano, sino de complejas redes neuronales como DALL·E 3 o Stable Diffusion, desarrolladas por compañías como OpenAI. Estas redes funcionan a través de modelos de aprendizaje profundo capaces de procesar billones de parámetros, extrayendo patrones de enormes bases de datos visuales.
El sistema no “interpreta” el arte, simplemente traduce imágenes en valores numéricos que asocia con etiquetas como “fantasía” o “anime”. A partir de ruido aleatorio y mediante un proceso conocido como difusión inversa, el modelo va construyendo la imagen siguiendo las indicaciones del usuario. Pero detrás de esta tecnología hay una zona gris: los modelos se entrenaron con millones de imágenes extraídas de internet —desde museos y libros hasta redes sociales— sin que muchos de sus autores dieran permiso para ello. ¿Acaso Studio Ghibli autorizó el uso de su obra en este tipo de entrenamientos? Claramente no. Pero hoy, la ley sigue corriendo detrás de los hechos.
IA: mucho más que un juego visual
Mientras disfrutamos viendo nuestras selfies convertidas en personajes animados, la inteligencia artificial opera —casi invisible— en sectores clave de nuestra vida cotidiana:
Medicina: analiza imágenes para detectar enfermedades, simula escenarios pandémicos o personaliza tratamientos genéticos.
Defensa: controla drones, identifica objetivos en tiempo real y crea deepfakes capaces de manipular a la opinión pública.
Economía: más del 70% de las transacciones bursátiles en Wall Street se hacen con algoritmos, y muchos sistemas financieros ya deciden a quién otorgar un crédito.
Medioambiente: predice catástrofes naturales, optimiza recursos y hasta diseña materiales para capturar CO₂.
Todas estas aplicaciones se basan en la misma tecnología que convierte tu rostro en el de un personaje de Ponyo. La diferencia es que, en estos casos, sus consecuencias son mucho más profundas —y muchas veces invisibles.
El precio oculto de la magia
Aunque parezca accesible y democrática, la IA está en manos de pocas corporaciones que concentran no solo el poder tecnológico, sino también los datos que lo alimentan: nuestras búsquedas, publicaciones, fotos y conversaciones. Sin darnos cuenta, estamos entrenando a las máquinas que mañana podrían competir con nosotros mismos.
Crisis creativa: ilustradores, músicos, guionistas y otros artistas ya ven cómo sus estilos son replicados en segundos por una IA. ¿Quién necesita contratar un diseñador si una máquina genera 50 bocetos al instante?
Sesgos peligrosos: al alimentarse de datos históricos, muchas IA reproducen prejuicios y desigualdades. Sistemas que evalúan currículums, por ejemplo, tienden a discriminar por género o etnia.
Desempleo: el Foro Económico Mundial estima que para 2025 más de 85 millones de empleos podrían ser reemplazados por máquinas, y no solo en la industria: también en oficinas, estudios jurídicos y hospitales.
¿Quién pone límites? ¿Quién controla a las máquinas?
La regulación global está muy por detrás del avance tecnológico. Mientras Europa debate leyes como la Ley de IA —que busca frenar la vigilancia masiva—, potencias como Estados Unidos y China priorizan la innovación a cualquier costo. Así se configura un escenario caótico, donde las grandes tecnológicas marcan las reglas sin rendir cuentas.
El verdadero dilema es la autonomía creciente de estas herramientas. Aunque hoy una IA no tiene conciencia, su capacidad de aprendizaje evoluciona exponencialmente. ¿Qué pasaría si un sistema decide optimizar recursos “eliminando” lo que considera ineficiente? No es ciencia ficción: en 2016, una IA en una planta de energía de Hong Kong sugirió sabotear equipos para mejorar el rendimiento.
¿Magia o manipulación?
Transformar tu selfie en un espíritu del bosque puede parecer inofensivo, incluso divertido. Pero cada interacción con estas plataformas entrena sistemas que están modelando el futuro de la humanidad. No se trata de rechazar la tecnología, sino de exigir transparencia, responsabilidad y límites éticos claros.
La pregunta clave no es qué puede hacer la IA, sino qué vamos a permitir que haga. La próxima vez que juegues con un filtro o un generador de imágenes, pensá: ¿estás usando la herramienta… o la herramienta te está usando a vos?
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Marc Zuckerberg el CEO de la empresa que tiene Whatsapp, Instagram y Facebook anuncio que se viene una revolución en el mundo tecnológico.
En un mundo cada vez más digitalizado, el uso del dinero en efectivo está en declive y el auge de los pagos electrónicos se consolida como una tendencia global. La transformación financiera, impulsada por la tecnología y acelerada por la pandemia, plantea un escenario en el que los billetes y monedas podrían quedar en el pasado.
El millonario tecnológico presentó una ambiciosa propuesta que permitiría unir Nueva York con Londres en menos de una hora. De qué se trata.
El próximo 16 de noviembre, la Municipalidad de Alta Italia invita a toda la comunidad a participar de la tradicional Fiesta de la Tradición, un evento que celebra nuestras raíces culturales con música, danza y un homenaje especial a Rubén Piazza, en el marco de los 30 años del proyecto “Apuntalando Tradición”.
El cineasta James Cameron, creador de la icónica saga Terminator, ha vuelto a manifestar su preocupación por el avance descontrolado de la inteligencia artificial (IA) y sus aplicaciones militares. En una reciente entrevista, Cameron advirtió que la realidad podría estar acercándose a la distopía que anticipó en 1984 con Terminator, un clásico de la ciencia ficción en el que una red de IA desarrollada por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos se vuelve autónoma y lanza un ataque nuclear contra la humanidad. “Lo advertí en 1984 y me ignoraron”, dijo el director.
Un vecino de Rancul fue víctima de una estafa millonaria a través de una sofisticada maniobra de duplicación de chip. Delincuentes operando desde Buenos Aires lograron tomar control de su línea telefónica, accedieron a sus cuentas bancarias y transfirieron $20 millones desde el Banco de La Pampa.
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Vecinos del edificio ubicado en Buenos Aires al 300, en el corazón de Nueva Córdoba, relataron años de miedo e incidentes protagonizados por Horacio Antonio Grasso, un expolicía que cumplía prisión domiciliaria hasta ser trasladado a Bouwer. El hallazgo de un cuerpo en su ropero conmociona a la ciudad. "Siempre se escuchaban gritos": el oscuro pasado del expolicía detenido tras hallarse un cadáver en su ropero.
Durante la noche de ayer lunes, pasadas las 23:45, un joven se presentó en la Comisaría Departamental de Ingeniero Luiggi para informar que acababa de protagonizar un violento siniestro vial sobre Ruta Provincial N° 2, a unos mil metros al este del acceso norte a la localidad.
Una intervención que comenzó como preparación para el acto del 9 de julio derivó en una importante tarea de recuperación urbana en una zona históricamente postergada.