Una campaña vacía: cuando el grito reemplaza a las ideas

En la recta final hacia las elecciones legislativas del 26 de octubre, la política argentina vuelve a mostrarse en su peor versión. Discursos vacíos, agresiones cruzadas, descalificaciones personales y un clima de competencia permanente donde importa más destruir al otro que construir una propuesta.

14/10/2025InfoTec 4.0InfoTec 4.0
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NACIONALES | Al respecto el candidato Juan Schiaretti, quien —en el marco del Ciclo de Coyuntura de la Bolsa de Comercio— apuntó contra el presidente Javier Milei con una frase contundente: “Vos no podés gobernar sin hablar. Gobernar es dialogar, no es gritar ni agredir”.

Sin embargo, el problema no radica en quién critica a quién, sino en qué se está discutiendo realmente. Las campañas electorales se transformaron en un espectáculo de frases altisonantes, denuncias y acusaciones, donde la falta de propuestas concretas es el denominador común.

El cordobés afirmó además que "Nosotros queremos ir al Congreso para que haya sensatez"  añadió: "La reforma laboral es clave a futuro, hay que terminar con la industria del juicio y hay que poner el fondo de garantía por los puestos de trabajo".

Mientras los candidatos se reparten culpas y buscan el título más ruidoso, la sociedad asiste con creciente indiferencia. No se debate cómo generar empleo, cómo mejorar la educación, ni cómo sacar al país del estancamiento productivo. En cambio, se habla del otro, contra el otro, desde el enojo y la vanidad.

En este escenario, la clase política —en su conjunto— parece haber olvidado que la representación no se construye desde la confrontación, sino desde la coherencia, la empatía y el compromiso con la realidad cotidiana de los argentinos.

Porque gritar no es gobernar, y discutir no es proponer.
Y si el único proyecto común es el enfrentamiento, el futuro se seguirá definiendo entre la frustración y la apatía.

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