La tranquilidad de la Villa Casa de Piedra, se vio alterada de repente. El ruido característico de un helicóptero y el remolino de tierra que se generó, rápidamente llamó la atención de las pocas personas que hay en el pequeño caserío ubicado en el extremo sur pampeano. La aeronave que tenía como destino Neuquén, debió bajar de emergencia en la playa del perilago para esperar que llegue una camioneta de auxilio con el combustible necesario para poder volver a despegar.

Venían de Buenos Aires, donde le hicieron reparaciones al helicóptero y se les agotaba el combustible. Ya habían avisado de esto a la base y por ese motivo, 20 minutos después del aterrizaje llegó al lugar, desde Neuquén, una camioneta Ford Heavy Duty, del Ejército, con el tanque cisterna para proveerle el combustible

Aunque no hubo riesgo para nadie, ya que el aterrizaje fue programado por el piloto, la situación generó sorpresa en un pueblo donde no suele pasar demasiado. Las pocas personas que viven de manera permanente en la villa, los policías del control caminero y los empleados de la estación de servicios, fueron los testigos de la situación, quienes se alertaron por el ruido y luego pudieron comprobar con sus propios ojos y, obviamente, dejar plasmado en sus celulares lo que estaba pasando.

El hecho este jueves por la tarde y el helicóptero Bell UH 1H, modelo 1969, perteneciente a la Sección Aviación del Ejército de Montaña, con base en el aeropuerto de Neuquén, no estuvo más de 20 minutos en el lugar. El delegado del gobierno pampeano en la villa turistica, Martín Borthiry, relató al Diario La Arena que viajaban tres personas, entre las cuales estaba el mayor Javier Oscar Stamponi, jefe del del batallón neuquino.

"Venían de Buenos Aires, donde le hicieron reparaciones al helicóptero y se quedaron sin combustible. Ya habían avisado de esto a la base y por ese motivo, 20 minutos después del aterrizaje llegó al lugar, desde Neuquén, una camioneta Ford Heavy Duty, del Ejército, con el tanque cisterna para proveerle el combustible", explicó el funcionario, aún sin poder salir de su asombro.

Borthiry fue hasta el lugar donde se produjo el aterrizaje, la playa del lago Casa de Piedra, junto al subcomisario Juan Alvez. "Por protocolo no se le permitió a la gente acercarse más de 30 o 40 metros de distancia, para mirar y sacar fotos", comentó, al tiempo que repitió las explicaciones que le brindaron los miembros de la tripulación, ya que en este tipo de vuelos el viento suele ser determinante en la autonomía de la aeronave, por lo que la playa del lago casa de Piedra es una alternativa para bajar y buscar aprovicionamiento de combustilble. La otra alternativa era tratar de llegar al aeropuerto de Roca, pero corrían riesgo de tener que bajar sobre la ruta 6 o en algún campo en condiciones mucho más complejas.

Gentileza: Mejor informado