Las acusadas del crimen de Lucio pueden decidir no estar presentes en la lectura de sentencia

Provinciales 24 de enero de 2023 Por InfoTec 4.0
Magdalena Espósito Valenti, madre del niño, y su pareja, Abigaíl Páez, no están obligadas a venir a Santa Rosa el día que se dará a conocer si son culpables o no.
Crimen de Lucio

La Ciudad Judicial de Santa Rosa permanece vallada desde el 10 de noviembre del año pasado, cuando se hizo la primera de las dieciocho audiencias del juicio oral por el crimen del niño de 5 años, Lucio Dupuy, ocurrido el 26 de noviembre de 2021.

Aún no se ha dispuesto un operativo especial para el día de la sentencia porque Espósito Valenti y Páez tienen el derecho de no asistir y recibir la decisión de manera escrita. Pero todavía no han comunicado su decisión.

ciudad judicial vallada plan b


El jueves 2 de febrero, el tribunal de audiencia, integrado por la jueza Alejandra Ongaro y los jueces Daniel Sáez Zamora y Andrés Olie, darán a conocer si las acusadas son culpables: si acepta la calificación pedida por el Ministerio Público Fiscal, la única pena posible será prisión Perpetua.

Pero si merituan los hechos y pruebas de otra manera, el 2 de febrero, en la audiencia de cesura, no se conocerá la cuantía de la pena. Tienen 15 días para establecerlo y dar los fundamentos.

Ese día la decisión de los jueces se puede dar en una audiencia con las partes presentes, o se puede informar de manera escrita.

Las acusadas tienen el derecho de permanecer alojadas en la cárcel de San Luis y esperar allí la decisión, o si lo requieren, ser trasladadas a Santa Rosa para una audiencia oral.

El juicio de cesura es posible “cuando la pena máxima de los hechos punibles imputados, según la calificación jurídica de la acusación y del auto de apertura, supere los seis años de prisión”, establece el artículo 343 del Código Procesal Penal de La Pampa.

El Ministerio Público Fiscal acusó a Magdalena Espósito Valenti de abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal vía anal con un objeto (constitutivo de un acto análogo al acceso carnal); agravado por haber sido cometido por la ascendiente (progenitora), con el concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de 18 años; todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ser la ascendiente, por ensañamiento y alevosía (artículos 119, primero, segundo y tercer párrafo e incisos b, d y f del cuarto párrafo y artículo 79 en relación con el 80 inciso 1°, primer supuesto, e inciso 2° primer y segundo supuesto). La fiscalía efectuó un recorte jurídico con respecto al encuadre legal fijado en el alegato de apertura, al dejar de lado el abuso sexual vía oral.

A Abigaíl Páez le imputó abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal vía anal con un objeto (constitutivo de un acto análogo al acceso carnal); agravado por haber sido cometido por la guardadora, con el concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de 18 años; todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ensañamiento y alevosía (artículos 119, primero, segundo y tercer párrafo e incisos b, d y f del cuarto párrafo y artículo 79 en relación con el 80 inciso 2° primer y segundo supuesto). En este caso también se dejó afuera el abuso sexual vía oral.

“Pataditas en la cola”

El 7 de diciembre, Abigaíl Páez reconoció que golpeó a Lucio y dio detalles de la agresión.

“Cuando llegué a la casa, lo vi a Lucio que se estaba mandando un moco. No importa qué, porque no viene al caso. Entonces lo tomé del brazo y le pegué varias pataditas en la cola. Fue todo muy rápido, no sé. Le pegué y no medí donde la verdad, ni sé por qué tampoco”, contó. En ese momento, Páez comenzó a llorar.

“No le encuentro una explicación todavía. Sé que lo lastimé, me di cuenta en el momento e intenté remediarlo. Luego, lo alcé y lo llevé a la ducha porque pensé que iba a reaccionar. Él intentaba hablar, estaba consciente todavía. Se bañó parado. Él me intentaba hablar, como para decir algo, pero no le salían las palabras”, agregó.

“Cuando estábamos en la ducha, él se estaba bañando parado. Como vi que se estaba debilitando o desvaneciendo, no sé, lo saqué de la ducha, lo tapé con su toallón y lo llevé a mi pieza. Después lo senté en la cama y me fui a buscar ropa a su pieza para cambiarlo, lo más rápido posible porque era una situación muy desesperante en la que no sabía cómo reaccionar, ni que hacer para que él se recomponga”, continuó la acusada.

Páez, en medio de un llanto constante y ante el silencio de toda la sala, contó cómo Lucio perdió el conocimiento: “Cuando voy a buscar ropa para cambiarlo escucho un golpe y cuando vuelvo lo veo que estaba tirado en el piso, sin reacción. De cara al piso. Ni siquiera había apoyado las manos. Como si estuviese desmayado, no sé. Entonces yo por el mismo temor lo toqué con el pie para ver si reaccionaba y vi que no tenía respuesta de él, entonces me acerqué y lo di vuelta, lo puse boca arriba”, resaltó.

“Le intenté hacer RCP. No sé si lo hice bien o mal o si pudo haberlo lastimado más porque no sabía cómo hacer la maniobra como correspondía”, dijo.

“En ese momento, lo levanté a upa y traté de ponerlo en mi hombro para que estuviera bien acomodado y no se me cayera. En ese momento vomitó, cuando estábamos por salir de casa, no sé si en el comedor. Largó como una bilis, un vómito transparente. Y nada, después lo llevé a la salita. Ahí llegamos al hospital y me dijeron que había fallecido, que no tenía vida”, relató.

“El padre se desentendió de la criatura”

La madre de Lucio, Magdalena Espósito Valenti, le apuntó a Christian Dupuy en la última jornada del juicio. Si bien asumió sus culpas por los incumplimientos como madre, subrayó que “se me critica a mí, pero no al progenitor –porque padre le queda grande–. A él se lo justifica cuando la responsabilidad era de los dos. Sin embargo, en todo momento se desentendió de la criatura. Y tampoco es verdad que Lucio no tenía contactos familiares. Tenía contactos con el progenitor, sus abuelos, mi familia y la de Abigail. Si ellos no quedaron conformes con esos contactos será porque no se esmeraron en tenerlos más”.

Durante su declaración, en la que no aceptó preguntas, recordó que esa mañana lo dejó “con vida” al cuidado de su novia, que “al día de hoy” sigue “sin poder creer” lo que le ocurrió y afirmó que a su hijo lo “llora en privado” porque es “más humano que hacerlo delante de personas que no lo conocieron”.

“Cuando lo dejé en mi casa, me saludó, estaba con vida (…) Al día de hoy sigo sin poder creerlo (…). A muchos les parecerá mal que no esté llorando, pero me mentalicé ser lo más fuerte posible para poder hablar claramente. Yo a Lucio lo lloro en privado, me parece más humano que hacerlo delante de personas que no me conocen a mí, ni conocieron a Lucio, y dijeron un montón de cosas sobre mi supuesto rechazo a la maternidad”, afirmó. (Plan B Noticias)

Boletín de noticias